viernes, 23 de mayo de 2008

Crítica a la labor periodística

Verguenza nacional es lo menos que se me viene a la mente cuando reviso los diarios, veo la Tv o escucho programas de radio un día después de la cuenta pública de la presidenta. Lo anterior, dada la "cobertura" mediática de los distintos medios de comunicación que omitieron o le bajaron el perfil a la brutal agresión sufrida por un reportero por parte de un carabinero. Este profesional, que al momento de escribir estas líneas está siendo tratado por sus lesiones en una clínica de Santiago, fue golpeado sin mediar provocación alguna, al igual que otros manifestantes. Sin embargo, los ágiles editores solo se han conformado hasta ahora con reproducir partes de un comunicado de la agrupación de reporteros gráficos y camarógrafos de Chile donde se critica el actuar policial.Distinto hubiese sido si los manifestantes le hubiesen vaciado un ojo a cualquier carabinero. Ahí sí se prestaba para grandes titulares.
Lo anterior no es de extrañar cuando medios de comunicación criminalizan a las organizaciones sociales y colectivos que llamaron a protestar, y cuando instituciones y personas estigmatizan a trabajadores y estudiantes.
Más de 52 escuelas de periodismo en Chile -muchas de ellas privadas- no hacen otra cosa que arrojar al mercado a jóvenes "profesionales" acríticos, muchos de los cuales no entienden que la labor del periodismo no es otra que ser el antipoder, convertirse en la voz de la ciudadanía, en fiscalizadores, y no meros relacionadores públicos del poder de turno.
La lucha que lleva a cabo una buena parte del estudiantado de nuestro país es de larga data y, al parecer, tiene para un buen rato más, pero el gobierno parece no darse por enterado. Para que hablar del empresariado en general o los poderes fácticos, la derecha más derechista del mundo, como la chilena y, lamentablemente, un importante sector ciudadano, que no participa ni se interesa de qué rumbo tome el país.
Importante, en todo caso, es estar concientes que la represión policial obedece a decisiones políticas de mayor envergadura, y no convertir a las fuerzas policiales en "el" enemigo, pues éstas son sólo el instrumento -en cualquier gobierno, de cualquier tendencia-, y que debemos llegar a las instancias más altas.
Un saludo fraternal,


Enrique Fernández M.

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