miércoles, 26 de marzo de 2008

Editorial publicada en el voletín Material (el de papel).

El poder de la prensa es, sin duda, uno de los más influyentes hoy en día y siempre en las percepciones sociales y del estado. Es por esa misma razón que, teniendo todo el potencial para lograr cambios y esclarecer situaciones, muchas veces la prensa se dedica a hacer todo lo contrario. Ejemplos son muchos: No olvidemos que importantes medios del país privilegiaban reportear acerca del deporte antes que de los crímenes que ocurrían en dictadura o, en la actualidad, son capaces de dejar de lado temas coyunturales, dándole importancia a un “Reality”.

Una de las herramientas más poderosas que utilizan los medios oficiales es la tergiversación de la información; Nos hacen creer que quien roba mercadería en el supermercado es un antisocial y el “cáncer de la sociedad”, mientras que los propios dueños de los medios son los que apoyan a los que realmente crean las diferencias sociales e impulsan a los “antisociales” a cometer delitos, siendo los imputados simplemente la punta de un gran iceberg en donde prácticamente toda la sociedad es culpable. En definitiva los verdaderos delincuentes permanecen en la sombra, pero no una sombra de penumbras, pues sin duda sus escondites pueden hallarse en la oficina del gerente más millonario, en el wallstreet, la moneda, el congreso, la comisaría, la televisión o, incluso, el Vaticano.

La invitación, entonces, es a revisar, cuestionar e informarse de todo lo que vemos, dos y tres veces si es necesario, solo así podrá cobrar real sentido el slogan “el que no está informado, no puede tener opinión”.

El Librepensador.

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